"Tenemos la tradición, señorita Paloma, de ponerle papa en su cabello a una chica el día de la cosecha", me dijo el líder de un grupo de agricultores de una comunidad cerca a Huancayo, a más de 4 mil metros sobre el nivel del mar y agregó -lo que yo temía-: "queremos que sea usted señorita Paloma".
"Sí, ok", contesté yo muy tranquila, "pero no va a pasar".
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1 comentario:
jajajaja
pero hubiera sido una experiencia única!
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